Gambito de dama

Hace como un mes, el 23 de octubre de 2020, Netflix lanzó la serie Gambito de dama (Queen’s gambit). Una miniserie de 7 episodios de una hora de duración basada en una novela de 1983 de Walter Trevis del mismo nombre. La protagoniza Anya Taylor-Joy excepto en el primero, en la que una niña hace de ella misma en los primeros años. Esta niña se llama Isla Johnston, que ahora que lo pienso, menudos cachondos sus padres. Es como si te apellidas Rojo y le pones a tu hija Mar. Son nombres que hay que evitar. Muy graciosos al principio, pero que le van a acompañar toda la vida.

Volviendo al tema. En el ajedrez los primeros movimientos de una partida se conocen como «apertura». Suelen ser un dolor de cabeza para la mayoría de los jugadores, ya que un error en estos primeros compases te lleva inevitablemente a una derrota si juegas contra un oponente de un mínimo nivel. Además, aunque tengas conocimientos del juego y un buen coco, las aperturas son objeto de estudio más que de entrenamiento, y frente a los miles de libros que se pueden encontrar de teoría del medio juego o los finales, la táctica o la estrategia, creo que no me equivoco si digo que los dedicados a las aperturas se podrán contar por millones.

Libros dedicados a la Siciliana variante Najdorf, por ejemplo. Eso es dedicar un libro (y no hay ni mucho menos uno solo) a como se desarrolla el juego si los 5 primeros movimientos de cada jugador son exactamente los prefijados. Con esto nos podemos hacer una idea del estudio y el estrés mental al que se pueden ver sometidos los jugadores no ya profesionales, sino cualquiera que se tome en serio este «juego»

Otra de estas aperturas, menos popular que la que he mencionado antes a alto nivel aunque perfectamente correcta, es el gambito de dama. Esta apertura comienza con el blanco adelantando 2 casillas el peón de dama, ante lo que el negro responde igualmente. En la siguiente jugada, el blanco avanza con su peón de alfil de dama atacando el peón del negro. Los gambitos son todas las aperturas en las que se sacrifica un peón (aquí el sacrificado sería el peón de alfil) a cambio de tener un desarrollo más fácil de las otras piezas. A partir de aquí, y dependiendo de los siguientes movimientos del negro, nos moveríamos entre distintas variantes como serían el gambito de dama aceptado si toman el peón, rehusado si defienden con el peón de rey el suyo, defensa eslava si lo defenden con el del alfil, etc.

Me he ido por las ramas simplemente para que los que no supieran lo que es una apertura, entiendan que ya el título te lleva a saber que estamos ante una serie cuya temática es (o debería ser) el ajedrez, y los aficionados al mismo esperarán ajedrez.

La serie empieza con la protagonista siendo una niña, y no hago un spoiler demasiado grande si desvelo que se queda huerfana, ya que pasa en el primer minuto. A partir de ahí, el primer capítulo transcurre en el orfanato donde va a parar y en donde pasa su niñez hasta los 14 o 15 años. Es en esos años donde descubre por azar su pasión y su don para el ajedrez, y en donde desarrolla ciertas conductas que la acompañan toda su vida. Desde el segundo, y ya con Anya Taylor-Joy como protagonista, la acompañamos en su progresión en el juego y en la vida, desde comprar su primer tablero, hasta luchar en Moscú por proclamarse campeona del mundo.

Personalmente no diría que es una mala serie. Es medianamente entretenida y está hecha con esmero.

Hay algunas actuaciones que sobresalen sobre el resto. Por ejemplo la de Harry Melling, que para el que haya visto la serie es el campeón local feíto que dice que se ha arreglado los dientes. Lo sorprendente es que es el que hizo de primo malo de Harry Potter!! Mención especial al de mantenimiento que la enseña a jugar al ajedrez, Bill Camp, que casi sin palabras ofrece un personaje que se echa de menos el resto de la serie. También me parece que hace un papel decente la compañera de orfanato, Jolene (Moses Ingram), aunque parece estar en una serie equivocada. Me pega más en The Wire. El resto, caminan en lo que es la intrascendencia o un poco el esperpento. Al súper rival ruso lo podrían cambiar por un muñeco que no nos daríamos cuenta. Con el niño de Love Actually con el sombrero de cowboy y el antiguo campeón soviético al que parece que se le va la olla pasa lo contrario.

De las protagonistas que interpretan el papel principal, bajo mi punto de vista la niña le come la merienda a la adulta y hace un papel mucho mejor. Quizá porque su parte es mucho más interesante y el primero es el mejor capítulo de todos.

Sin embargo, y pese a que insisto que es una serie que se deja ver bastante bien, su mayor error es que se queda a medias en todo.

Poco ajedrez para los que quieran ajedrez. Mucho para los que no les guste. Se ven piezas moverse, hay relojes, hablan de la puntuación, e incluso juegan partidas rápidas (en las que no se ve nada de ellas). Mencionan jugadores históricos, como Morphy o Capablanca, pero prácticamente de pasada y sin aportar nada. El que no sepa de ajedrez, que digan que son jugadores de 1800 le va a dejar igual y no lo explican, pero el que sepa querrá saber en que han fallado o cuales son las fases donde son débiles, o cual es su estilo de juego. Podría haber sido una serie de póker y no habría cambiado nada excepto que no habría soviéticos. Pero dicen lo suficiente para que aunque intrascendente parezca que es el tema central. Incluso si fuera de póker, habrían tenido más en cuenta que el carácter influye en la forma de jugar. Aquí lo dicen de pasada, y sólamente para dejar claro que lo suyo es innato. Elige la buena jugada aunque no ha evaluado las demás. Y esto mismo se vio ya en la película En busca de Bobby Fisher de 1993, con Ben Kingsley y Max Pomeranc, que hace mucho que no veo, pero que recuerdo que estaba tratado de una forma más interesante.

Mucho ruso e intención de mostrar el modelo soviético, pero no se dice nada al final. Incluso dan a entender que su modelo es el bueno por el espíritu de equipo dicen… pero no profundizan aunque dejan caer mínimamente que a lo mejor alguno de ellos quiera escapar. Quien sabe, a lo mejor depende su arroz (o su vodka) de que ganen, pero tampoco lo sabremos.

Igualmente, parece que la adicción a los tranquilizantes o el alcohol va a tener algún espacio preferente, pero otra vez se queda en un par de borracheras y mentiras para conseguir pastillas.

Deja caer que hay un campeonato femenino de ajedrez y que no es normal que las jugadoras compitan con los hombres, pero no toma partido ni siquiera la protagonista en uno de los temas que son realmente controvertidos. En esto no se mete el feminismo porque las mujeres que quieran pueden competir en la categoría general, pero aún así hay una categoría exclusiva en la que se reparten premios, o como dicen sus defensores atraen atención que de otra manera no tendría. Sin embargo… no hay categoría masculina. Las hermanas húngaras Susan y Judit Polgar jugaron en la categoría general, teniendo un extraordinario éxito la segunda (es la mujer de la foto). Consiguió el título de gran maestro a los 15 años y 5 meses, siendo entonces la jugadora más joven en haberlo conseguido nunca (superando a Bobby Fischer). Llegó a ser número 8 en el ranking mundial y consiguió vencer a todos los grandes maestros de su época (se retiró en 2015), Magnus Carlsen, Karpov, Kasparov, Kramnik, etc dejando claro que siendo estrictos es innecesaria una categoría femenina e incluso se podría tomar como un insulto su propia existencia. Pero nos vuelven a dejar fríos y no se entra en el tema.

En resumen, diría que se se quedó en un quiero y no puedo, y para llegar a todos los públicos, dejará a todos a medias. Si no a todos, por lo menos a mi.